La Institución Educativa Joaquín de Cayzedo y Cuero, convoca a la I Olimpiada de Filosofía “A FILOSOFAR SE HA DICHO”, ¿La ética en el mundo o el mundo sin la ética? cuyos objetivos principales son estimular y fomentar la escritura de textos filosóficos y permitir la lectura y reflexión de los problemas propios de nuestra época, especialmente, aquellos relacionados con el mundo contemporáneo y la relación del sujeto con él.  Para ello, en esta ocasión, nos centraremos en el análisis que el sujeto hace de los problemas éticos que nos aquejan, y las diversas interpretaciones que el sujeto puede hacer de la ética.[1]

¿Qué es lo bueno y qué es lo malo? esta es la eterna pregunta que el hombre ha tratado de resolver a través de la historia y que incluso hoy causa gran discusión porque a lo mejor jamás nos colocaremos de acuerdo, ¿o, a lo mejor sí?

El hombre ha creado unas normas para la sana convivencia y para el respeto de los derechos humanos, derechos que nos parecen  fundamentales e inviolables y quien no los cumpla se hace acreedor a un castigo o una sanción.  Esto lo ha evidenciado el hombre con el paso del tiempo (no importa que algunas sanciones hayan sido fuertes y dolorosas y otras más leves, pero no menos importantes), siempre se ha querido estructurar o encasillar el comportamiento del hombre dentro de la sociedad a la cual pertenece para que cumpla con unas costumbres y unos parámetros que a lo mejor llamamos “ética”. 

Sin embargo, la aplicación de dichas normas son sustancialmente modificadas por la situación concreta en la cual se ejecutan por cada individuo concreto, haciendo difícil, en la actualidad, juzgar si la acción realizada es éticamente buena o éticamente mala.  Por ejemplo: el robo es catalogado como una acto ético malo y además es sancionado penalmente por las leyes del estado; si una persona de la calle tiene hambre, carece de recursos económicos porque no le dan trabajo y tampoco le regalan alimento, y el estado no lo auxilia, este individuo cansado de pedir una caridad sin obtener resultados, pasa frente a una panadería y ante un descuido del panadero toma dos panes y sale corriendo, entonces; ¿este acto lo podemos catalogar como éticamente malo?, no cabe ninguna duda que se está apropiando de lo ajeno, por lo tanto es un robo, sin embargo, podemos preguntarnos quién es más culpable de ese robo: ¿el que tomó los panes, el que no le dió trabajo, el que no le dió alimentos, el Estado que no lo auxilió, o el panadero, que en definitiva fue el que elaboró los panes porque sin ellos no habría ningún robo? No cabe ninguna duda que los problemas éticos son más complicados de lo que parece.

Frente a este dilema de lo que es bueno y lo que es malo se enfrentan a diario los jóvenes actuales teniendo como jueces implacables a unos adultos que los juzgan por lo que ellos consideran debe ser lo correcto sin tener en cuenta lo que piensan los jóvenes al respecto, por ejemplo; ¿cuál es la mejor música? el rock de los 80 o el rock en español, las baladas románticas o la bachata, reggaetón o tropical.  A lo mejor la respuesta estará dada por la época en la cual usted vivió o vive  su juventud, pero no le garantiza que esa opción sea lo bueno para ambas generaciones.  ¿Quién tiene la razón?

No podemos quedarnos solo con el dilema, porque esto sería como una excusa para no profundizar en el problema de: la ética en el mundo,  o el mundo sin la ética, excusa para no pensar.  Deben existir muchas soluciones, algunas de ellas planteadas por diversos filósofos como Kant, Nietzsche, o Aristóteles; pero sobre todo deben existir muchas soluciones planteadas por nuestros estudiantes.  Esas respuestas son las que nos deben importar,  porque son nuestros filósofos en potencia  los que nos reunirán en las olimpiadas de filosofía para ser escuchados, para ser tenidos en cuenta, para enseñarnos que la filosofía nace de la cotidianidad, de la capacidad de asombro y de las ganas de pensar.